Selección del Plantel de Madres
SELECCIÓN DEL PLANTEL DE MADRES
En esta etapa de la selección estamos convencidos que es fundamental tener en cuenta el ambiente, ya que el proceso selectivo tiene que ir en armonía con el mismo. Por eso, tenemos muy presente en nuestro programa genético que ese ambiente tiene que ser lo más parecido al de un productor comercial eficiente.
Por lo tanto, dentro de este marco conceptual consideramos que los vientres de “CABAÑA LA ESENCIA” deben cumplir con exigentes parámetros de selección, diseñados para lograr principalmente vacas fértiles y longevas…
Vamos a empezar hablando de las terneras, las cuales nacen y se crían sobre campos naturales o pasturas naturalizadas de la Cuenca del Salado, luego del destete pasan a pasturas para completar la etapa de recría y de esta manera llegar al servicio entre los 13 y 15 meses. Y para permanecer en el rodeo deberán preñarse en los primeros 40 días de servicio.
Una vez que paren por primera vez se evalúa la calidad de su ubre, que sea lo suficiente fuerte y con pezones de tamaño correcto para que nos pueda garantizar una larga vida útil de la misma y del vientre en cuestión.
Cuando llega el momento del segundo servicio, el más difícil, les vamos a seguir exigiendo que se sigan preñando de cabeza o cuerpo, la cola de parición y la vacía siempre se vende, estamos plenamente convencidos de que es la mejor forma de seleccionar por FERTILIDAD.
Además de lo antes mencionado, le vamos a exigir que destete un buen ternero, aun si se ha preñado a los 13 meses.
Las vacas adultas también tienen que preñarse en cabeza o cuerpo de parición. Esta categoría de hembras, será manejada en campos naturales, pasando su etapa de menores requerimientos (cuando están secas), sobre rastrojos de soja o maíz.
Nuestros vientres tienen que cumplir con todas estas exigencias en un medio 100% pastoril, por lo que solo ocasionalmente pueden recibir algo de heno, pero nunca son suplementados con silo o grano. Salvo en el caso de que sean preparadas para venta.
Creemos que esta selección funcional de nuestros vientres de pedigree es el gran respaldo invisible que tienen nuestros toros, por ello es que estamos convencidos que “cuando vendemos un toro, no solo estamos vendiendo un individuo, sino que estamos vendiendo un representante de nuestro programa genético, respaldado por un sólido plantel de madres seleccionado por características que se van a transmitir y multiplicar en su rodeo”
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